El recital en el Borda produjo una transmutación de mi alma que quedó a la intemperie de la sagaz espontaneidad en la chispa de las voces de quienes alli viven con la puerta abierta para poder irse. Ante tal despopósito en la declamación y la hondadez de las puestas teatrales me veo en la fragilidad de abandonar todo atisbo de ego en mi vida y en las próximas presentaciones bajo el signo de Chori Pepas.
Los próximos eventos a disputar y compartir son: el 10 en Korova, para la presentación de la cuarta novela de Santiago Martinez, una distopía macrista ambientada en otro tiempo, donde como en el Borda los demas participes provienen de otras disciplinas como el Teatro y la Poesía. Luego en Radio La Tribu 88.3 el Domingo 17 y cierre el 26 en un Cine perdido en Muñiz, atras de San Miguel. Alli será audiovisual la propuesta e intentando conjugar lo musical con lo culinario, cocinando comida vegana entre todxs.
El sonido sala de ensayo y la rotación por los lugares de siempre del under no despiertan ningún interés, ni vocación por proponer algo distinto en mi. Por tanto, desde ayer y para siempre queda esta propuesta artística y política atada a impulsos corporales y espirituales sin reparo en géneros, disciplinas o probables beneficios al ego.
Tanto floreo léxico, imán y vórtice me resultan al haber terminado esta entrada algo desmesurados, pero que asi sea sin mas. Adios, Adiablo.
